Así como la Iglesia no puede vivir sin Cristo, La esposa y el esposo no pueden vivir el uno sin el otro. Dios nos recuerda muy claramente el amor de Jesucristo por su Iglesia, recordándome que así mismo debe ser nuestro amor por nuestra esposa, recordándonos que solo debo AMARLA, más que a mi propio cuerpo, que debo sustentarla, cuidarla entendiendo que es carne de mi carne.
28Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. 29Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, 30porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos.31Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. 32Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia. 33Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido. - Efesios 5:28-33
El mandamiento de Dios y su deseo ferviente es que seamos una sola carne, es decir que estemos unidos en TODO, sintiendo lo mismo, pensando lo mismo, haciendo lo mismo, que sintamos los mismos dolores, las mismas alegrías, que estemos siempre unidos, ayudándonos mutuamente. Es necesario entender que después de Dios, nuestra primera prioridad es la esposa, luego nuestros hijos, la iglesia, el trabajo y todo lo demás. Tal vez por fallar en esto es que Dios muchas veces no nos escucha, porque no lo estamos escuchando a ÉL respecto de este mandamiento tan importante.
Que gran Misterio, qué privilegio tan grande, ¡Oh! quien puede si quiera imaginar las glorias de ese día, cuando Cristo traiga a su iglesia a la casa del Padre; y cuando todos los miembros, hechos perfectos y completos en cuerpo, alma y espíritu, para disfrutar eternamente de su Señor en gloria, entren con él, a la cena de las bodas del Cordero, y estar siempre con el Señor.
Que gran responsabilidad para ambos: COMO ESPOSO DEBES AMAR A TU ESPOSA, cada uno de nosotros, debemos amarlas como a nuestros mismos cuerpos, no hay excusas validas, y no hay acepción de hijos de Dios. COMO ESPOSA DEBES RESPETAR A TU MARIDO, la esposa está llamada a respetar a su marido, tiene todo lo necesario para obedecer, y si es amada, será mucho más fácil de hacer.
Muchas cosas por aprender para PONER en Práctica a partir de lo que nos será enseñado este domingo.
Tener más y más CLARIDAD y SABIDURÍA en el TRATO con nuestras esposas, Amarlas como Cristo amó a SU IGLESIA.
Darle a nuestras ESPOSAS toda la PRIORIDAD.
Dejar todo lo que hay a nuestro alrededor por nuestra esposa
Debemos estar unido a nuestra esposa en TODAS las circunstancias de la vida, sean buenas o sea malas
Debemos sentir y vivir con ellas como si realmente fuéramos UNA sola carne.
Es necesario cambiar ya muchas actitudes negativas que nos han llevado a dejar sola a nuestra esposa en muchas circunstancias.
Debemos estar JUNTO a ellas en TODAS las circunstancias de la vida.
Debemos amar a nuestras esposas como a nuestros mismos cuerpos.
Si lo hacemos, ellas nos van a respetar.
Una sola carne
1. Si me amo a mi mismo, así debo amar a mi esposita, somos un solo cuerpo (Vs 28)
2. Así como Cristo sustenta y cuida a la Iglesia, así debo sustentar y cuidar a mi esposa (Vs 29-30)
3. Siempre debemos vivir como una sola carne, dándole toda la prioridad a ella (Vs 31)
4. Es un gran misterio, pero es lo que Dios nos manda (Vs 32-33)
El Señor nos recuerda nuevamente que, como matrimonio, somos una sola carne. Quien nos habla es un Dios sabio que instituyó el matrimonio como algo sagrado, como el centro de la sociedad. Si el matrimonio no funciona, la sociedad no funciona y todo será un desastre.
Es realmente impactante entender que debo amar a mi esposa como a mí mismo, es decir que lo que quiera para mí debo anhelarlo fervientemente para ella. Sus dolores deben ser mis dolores y sus alegrías, mis alegrías.
Que Dios permita que apliquemos cada enseñanza que vemos en este pasaje y en la predicación sobre el tema, cambiando radicalmente aquellas malas actitudes con nuestra esposa y que, nos avergüenzan delante de Dios, de los hombres y de ella; que realmente SE VEA, que sea una REALIDAD… Ya no más mediocridad… Mucha ORACIÓN por esto, es IMPORRRTANNNTE.
Lo que Dios nos pida, debemos hacerlo YA MISMO,
Fabio
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